Decir “no”, a veces, es decir “te quiero” a uno mismo, y negar lo impuesto, un equivalente al acto de amor
más profundo ¿Qué necesidad tienes de saciarte dentro del falso gozo? El
terminar con tu maravillosa realidad reemplazándola por las mentiras del perverso
persuasor, que de tu razón lentamente te saca, que lentamente te apropia y te
ata como si fueras su presa. Malos no son los objetos, sino que dañina la
sociedad que te lo inculca como necesidad imperante, como sentido de vida,
como suplemento de personalidad.
En lo material y consumible no
reside humanidad, sino que lujuria e ignorancia en ella recae, y su veneración
inundara al ser de virtudes poco virtuosas.
Entiende que el sentido es más
profundo y no se expresa en la superficie. Reemplazar sentido por placebo te
hace inestable, vulnerable, te carcome y, tarde o temprano, te sumerge profundo
en la superficie.
Zipi
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