martes, 16 de febrero de 2016

¡Vivimos en el Yermo!

Atomic War! (1952) Comic famoso e iconico sobre guerras nucleares publicado por Ace Comics en Nov. del año 1952
Hace unos días he terminado de jugar Fallout: New Vegas (un juego que recomiendo a muchos, de gran calidad) y se me vino a la cabeza una profunda reflexión de un género del cine, videojuegos y literatura que está en gran auge desde el último año con la salida de juegos como Fallout 4, Wasteland 2  y Mad Max, así también como la aclamada película Mad Max: Fury Road, de la que ya hablé anteriormente. El género artístico al cual me refiero es el Post-apocalíptico (del cual me declaro fan), y aunque todos los escenarios que mencioné anteriormente pertenecen a imaginarias hecatombes nucleares, está claro que el universo detrás de este género no se encasilla únicamente en esta distopia, sino que se extiende a través de invasiones extraterrestres (La guerra de los mundos, Mars Attacks!), rebeliones robóticas (Yo, robot, 2001 odisea en el espacio), y hasta el más popular escenario post-apocalíptico de los últimos tiempos, el apocalipsis zombie (Guerra Mundial Z (leer libro), Cell, The Last of Us). Sería ilógico para este artículo atravesar todos los esos subgéneros, por el hecho de que cada uno abarca temas distintos y aborda problemáticas humanas desde diferentes puntos de vista, así que aquí me centraré en los escenarios nucleares, dejando lo demás como tema de otro post.

Fallout 4, el juego que paralizo al mundo de los videojuegos y del género post-apocalíptico en 2015

Para hablar de la Guerra Nuclear como escenario ficticio post-apocalíptico nos debemos remontar hacia el mes de agosto del año 1945, con diferencia de tan solo tres días, cayeron sobre Japón, más precisamente sobre Hiroshima y Nagasaki respectivamente, las primeras dos bombas nucleares utilizadas contra seres humanos en guerra, y esperemos hasta el momento, las únicas. A partir de ese suceso la sociedad se iba a ver sumergida en una paranoia inmensa conforme a este hecho, cuestión que se extendió tanto en las cumbres políticas, militares, propagandísticas, deportivas y hasta culturales y artísticas, dando comienzo a la llamada Guerra Fría. El terror generado en la sociedad por la posible utilización de esos mismos artefactos de destrucción masiva contra la civilización generó, por consiguiente, el comienzo de un género artístico que, hasta el día de hoy, tiene gran vigencia y reúne gran cantidad de fans en todo el mundo. Con películas como Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (1964), The Planet of the Apes (1968), A boy and his dog (1969), entre otras, el género empezó a ganar terreno popular en las masas y se transformó en una moda del momento. A pesar de tener gran éxito en la industria del cine, en la literatura se aprovechó del momento que la sociedad estaba transcurriendo y fueron grandes éxitos también A Canticle for Leibowitz (1960) y The Butter Battle Book (1984). Más tarde, ya con la paranoia y la exaltación mundial que el fenómeno de las bombas nucleares habían generado en el mundo, con la aparición de los videojuegos el género post-apocalíptico nuclear tuvo su mejor momento con piezas como Wasteland (1988), Fallout (1997), el más reciente Metro 2033 (2010), entre un montón de otros juegos de esta índole, con sus secuelas y demás.

Mítica escena de la gran película de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (1964)

Pero, ¿Por qué será que este género es tan particular y gusta a tanta gente? Resta solo pensar en todo lo que un yermo nuclear puede proveer y podemos responder la pregunta. Un mundo donde las personas viven como salvajes, debido a que los recursos para sobrevivir son escasos y se concentran en los pequeños grupos de personas que han contenido la cordura. En el yermo no existen las reglas, hace falta ver Mad Max o jugar algún juego de Fallout para que se den cuenta de lo que digo, la civilización se redujo a un estado de naturaleza, donde lo moral y lo cabal no existe, lo único que se necesita es vivir, y para ello hay que combatir y competir, no queda otra alternativa. En el mundo post-apocalíptico lo políticamente correcto no tiene un sentido útil, por el simple hecho de que lo correcto no está definido y no posee un significado relevante. Si analizan detenidamente lo que dije anteriormente, eso se puede observar ya en el mundo actual, pero un tanto más exagerado en estas historias ficcionarias comparando con lo que sucede en la realidad. Esto se debe a que el hombre siempre será hombre, con sus defectos y virtudes, tan solo que en situaciones tan adversas como en el yermo post-nuclear las actitudes más primitivas de nosotros se redoblan y son más visibles. El escenario de hecatombe nuclear es una herramienta que facilita tanto a escritores como cineastas a describir de una manera más adecuada todos los defectos que tenemos los seres humanos innatamente y sobresaltarlos sin llegar a producir una exageración o desproporción que, de otra manera, serían inevitables. En el planeta, si hacemos uso de la reflexión, lo que es correcto dista mucho de ser algo sólido, ya que las distintas culturas comparten diferentes opiniones de lo que está bien y está mal.

Aunque la locura propia del yermo al estilo Mad Max o Wasteland parecen solo obra de la ficción, en el mundo suceden hechos atroces todo el tiempo y hasta más terribles que los descritos en estas obras...

En conclusión, como humanos, vivimos en un yermo que dista de ser como en los mundos ficticios del género post-apocalíptico, pero aun así comparte semejanzas concretas y no se encuentra completamente aislado de aquella distopia que ellos describen.

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